miércoles, 17 de mayo de 2017

Capítulo 3. IMAGEN Y CONTROL SOCIAL: LA CREACIÓN DE FALSAS NECESIDADES

Volvemos de nuevo a la increíble obra “Imagen y Control Social” de Correa (2011), concretamente nos situamos en el Capítulo 3 denominado “La creación de falsas necesidades”. ¿Qué nos sugiere este título? ¡Veamos!

3.1 LA RELIGIÓN DEL CONSUMISMO Y EL CATECISMO PUBLICITARIO. 

Correa (2011) comienza el capítulo haciendo mención al término consumismo. Puede entenderse como una ideología o sistema social invisible necesario para la supervivencia del neoliberalismo o neocapitalismo, y que lo aceptamos como si formara parte del orden natural de las cosas”. Pero este autor va más allá y explica que para su supervivencia, el capitalismo tuvo que incorporar al consumo a las clases trabajadora y transformó el tiempo de ocio en tiempo de consumo. Esto es, nuestro sistema sobrevive gracias a nosotros/as ¿Cómo? Nos está volviendo en personas que consumimos muchas cosas con base en falsas necesidades. ¿Qué quiere decir esto?  Consumimos cosas que no entran dentro de nuestras necesidades básicas (agua, comida…), pero que nos hacen creer que sí lo son "motivada por los intereses de los mismos productores de mercancías de la sociedad de consumo" (Correa, 2011, p. 71). Por ejemplo y sin ir más lejos, un anuncio en el que sale un joven sonriente merendando unas galletas de chocolate te están vendiendo que la felicidad del chico es debido a dicha merienda. Tal y como apunta este autor: “Tal exceso de producción que el consumo ya no puede regirse por las demandas de los clientes, sino por la misma oferta que se crea: primero se fabrica y luego se induce la (falsa) necesidad de consumir ese excedente”. (Correa, 2011, p. 74). De ahí que “la Publicidad deja de ser una aliada pregonera para convertirse en la esencia misma del sistema, que deja de ser una economía de demanda y pasa a ser una economía de la oferta”. (Correa, 2011, p. 74).

Llegados a este punto, ¿Qué nos sugiere el título “La religión del consumismo y el catecismo publicitario”? Correa (2011) lo explica así: “Es tal nuestra inclinación natural al consumo en todas los ámbitos y clases sociales y ya, desde la caída del Muro de Berlín, en todas las latitudes y longitudes geográficas que se podría considerar la religión que más practicantes tiene en todo el planeta. Y si el consumismo es una religión, la publicidad es su doctrina, su catecismo” (Correa, 2011, p. 71). Estamos en una sociedad, en la que todos/as somos marionetas de los/as productores/as de mercancías de esta sociedad de consumo en la que vivimos.

3.2 LOS CÓDIGOS INVISIBLES DEL DISCURSO PUBLICITARIO: LO SUBLIMINAL A ESCENA. 

El doctor  Poetzle, un psiquiatra discípulo de Sigmund Freud, como el inspirador de los experimentos subliminales afirma: “De las 100.000 fijaciones que hacen los ojos del hombre a lo largo del día, sólo una pequeña cantidad de la información recibida es captada conscientemente”. A mi parecer, está claro que la publicidad  es un medio de comunicación de masas, cuya función principal es informar y estimular el deseo y la necesidad de consumir. Pero, ¿Qué recursos utiliza la publicidad para apelar a nuestro subconsciente?

Bajo mi punto de vista, algunos anuncios usan el camuflaje o enmascaramiento para presentar objetos aparentemente inofensivos pero que actúan como estímulos enmascarados.

También utilizan la hiperestimulación sensorial que consiste en la saturación de efectos visuales y sonoros resultando imposible un procesamiento consciente de los mismos.

Del mismo modo, se apoyan en la comunicación indirecta como comentaba anteriormente. Los anuncios están llenos de personajes que sonríen gracias a la magia de los productos, transmitiendo implícitamente que la felicidad se consigue mediante su consumo.

LOS CÓDIGOS CASI INVISIBLES: LOS ESTEREOTIPOS.

Para terminar este capítulo, Correa (2011) hace referencia a otro de los aspectos más importantes que utilizan para crear falsas necesidades y “atraparnos”: Los estereotipos.

"Un estereotipo es una imagen convencional o una idea preconcebida que no tiene una base racional. Se trata de una concepción popular sobre un grupo de personas y constituye una forma de categorizar grupos de gentes de acuerdo con sus apariencias, comportamientos y costumbres" (Correa, 2011, p. 81).

Tal y como recoge el titulo, son códigos CASI invisibles, es decir, aunque creamos que no están generando en nosotros/as ningún tipo de necesidad, lo están haciendo de manera inconsciente. 

Estos estereotipos pueden verse claramente reflejados en los materiales analizados en entradas anteriores: las imágenes en los cuentos infantiles (principalmente los tradicionales), en las películas infantiles, y en los catálogos de juguetes, entre otras. 

Este capítulo se centra en los estereotipos sexistas que los diferentes y múltiples (por desgracia) anuncios publicitarios utilizan para atrapar al mayor público posible, y lo peor de todo, es que muchas veces lo consiguen. Es un tema que genera mucho debate y del que me gustaría seguir comentando en entradas posteriores. Me gustaría finalizar diciendo: ¡NO NOS DEJEMOS MANEJAR COMO MARIONETAS, SEAMOS CRÍTICOS/AS CON LO QUE NOS QUIEREN VENDER UTILIZANDO TANTOS MENSAJES SUBLIMINALES E IMÁGENES SEXISTAS!


REFERENCIAS: CORREA, R. I. (2001). Imagen y Control Social: Manifiesto por una mirada insurgente. Barcelona: Icaria Editorial.

¡Seguimos en contacto!

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